Chapata #ElPanPerfecto

Ni el calor del verano puede parar la búsqueda de #ElPanPerfecto porque, sí, con estas temperaturas seguimos horneando pan y hoy le toca el turno a una magnífica chapata.

Ya sabréis que mes tras mes vengo enseñándoos a hacer distintos tipos de panes caseros, junto a unos cuántos locos amigos que nos hemos propuesto que se os pegue el gusanillo de hacer vuestro propio pan.

Este mes nos hemos lanzado de lleno a hacer chapatas, uno de mis panes preferidos junto con el mollete (como se nota el andaluz que llevo dentro jajaja). Admitimos que conseguir una chapata con mucho aire y una buena miga alveolada es un trabajo complicado, pero con la receta de hoy y práctica, no hay nada que no podáis conseguir :)

Y antes de empezar la receta, os recuerdo que en el blog podéis consultar todas las recetas de #ElPanPerfecto y que os podéis unir al reto si queréis aprender a hacer pan con nosotros.

Ingredientes (2 chapatas):

Prefermento (poolish)

  • 300 g de harina panificable
  • 300 ml de agua
  • 1,5 g de levadura seca (el triple de levadura fresca)

Masa

  • Prefermento (poolish)
  • 200 g de harina panificable
  • 80-100 ml de agua
  • 10 g de sal

Preparación:

El prefermento, como veis por los ingredientes, no es más que una mezcla de harina, agua y levadura que se hace fermentar previamente a la incorporación del resto de ingredientes. Con esto conseguimos que se aporte sabor y aroma a nuestro pan sin tener que fermentar toda la masa un tiempo largo ni tener que amasar, con la comodidad que ello conlleva.

Para hacer estas chapatas, usaremos un prefermento llamado poolish, que no es más que una mezcla de agua y harina a partes iguales, con un porcentaje muy bajo de levadura seca. Por tanto, en un bol mezclaremos estos ingredientes hasta obtener una pasta homogénea con el aspecto de un puré espeso. Cubrimos el bol con film, tapadera (si es hermético) o, truco panarra, un gorro de ducha y lo guardamos en la nevera hasta el día siguiente.

Sacamos el poolish un par de horas antes de que vayamos a utilizarlo para que se atempere. Veremos que habrán aparecido burbujas en el prefermento, señal de que la levadura ha hecho su efecto. Añadimos el resto de ingredientes y mezclamos (con ayuda de una rasqueta o un simple cubierto de madera) hasta formar una masa homogénea que será bastante pegajosa.

No os asustéis porque la masa se pegue a las manos, gracias a esa alta hidratación (76-80%) conseguiremos unas chapatas con unos buenos alveolos. Como es una masa difícil de manejar, haremos el amasado de la forma más práctica posible: amasados cortos con tiempos de reposo. Para ello simplemente tenéis que amasar (ayudaos de una rasqueta para evitar que se pegue a las manos) dentro del mismo bol durante 30 segundos y dejar reposar la masa 5 minutos, repitiendo el proceso hasta completar 30 minutos.

Volcamos la masa en un recipiente cuadrado/rectangular untado con un poco de aceite y la dejaremos unas 2 horas aproximadamente para que leude. Durante el levado, haremos 4 pliegues cada 30 minutos para dar consistencia a la misma y crear tensión. El proceso de pliegues podéis verlo más detalladamente en el pan sin amasado o en la focaccia.

Cuando la masa haya levado, enharinamos generosamente la encimera y volcamos la masa sobre ella (basta con darle la vuelta completamente al recipiente y dejar que la masa caiga por su propio peso). Espolvoreamos un poco de harina por encima de la masa y le damos forma rectangular, para poder hacer un corte a lo largo y sacar 2 chapatas con forma de barra. Colocamos las 2 chapatas sobre papel de hornear y, en caso de que no las veáis muy aireadas, dejadlas reposar 30 minutos más.

El horneado sigue el mismo proceso que os he contado en otros panes anteriormente. Precalentamos el horno a máxima potencia (típicamente 250ºC) con la bandeja dentro y un recipiente metálico en el fondo del horno. Cuando esté caliente, colocamos las chapatas en la bandeja y echamos 1 vaso de agua en el recipiente del fondo para crear un golpe de vapor. Pasados 10 minutos, sacamos el recipiente para quitar la humedad, bajamos la temperatura a 220ºC y dejamos hornear unos 20-25 minutos más, haciendo un total de 30-35 minutos. Para obtener una corteza muy crujiente, una vez horneado, dejamos las chapatas 10 minutos dentro del horno apagado y con la puerta entreabierta. Por último, sacamos las chapatas y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Aunque parezca laborioso, con un poco de práctica veréis que sencillo es conseguir una chapata que no tiene que envidiar nada a las de vuestra panadería.

¡Que las disfrutéis!

Si os animáis a probar la receta de esta chapata y queso de cabra, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Facebook | Instagram | Twitter).

 

Aviso para principiantes

Hacer pan casero no es una ciencia exacta, hay muchos factores externos que no podemos controlar y que influyen en el resultado final, como pueden ser el tipo de harina utilizada, la temperatura de la habitación (o del frigorífico) donde dejéis la masa, la temperatura del horno, etc. Por eso mismo, aunque hagáis la receta siempre igual, nunca obtendréis el mismo resultado, habrá diferencias en vuestro pan.

En lo que a mí respecta, intento detallaros el proceso lo mejor posible tanto con fotos como por escrito. Aun así, seguir al pie de la letra la receta no implica que obtengáis un pan exactamente igual al de las fotos, por la acción de esos factores externos que os he comentado.

Saber trabajar con esos factores (echar más agua si la masa no tiene la textura necesaria, acortar/alargar el tiempo de levado, etc.) es algo que se aprende con la práctica así que no os desaniméis si a la primera no os queda un pan de libro, volvedlo a intentar y veréis como poco a poco, con la misma receta, conseguís mejores resultado :) ¡Ánimo panarras!

2 comentarios en “Chapata #ElPanPerfecto

  1. Hola Guille! Vaya pintaza tiene este pan !! :-) la harina panificable que has usado era harina de trigo? Has intentado la receta con harinas sin gluten? Qué sabes que el tema me interesa ;-) que las harinas sin gluten en general no crecen mucho con levadura.. y de las que he probado yo (harina de maíz, garbanzos,maiz,….) cada una se porta muy diferente. Tengo q decir que el pan sin gluten más bueno que probé hasta ahora estaba hecho con harina de trigo sarraceno

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>