No podía dejar pasar el verano sin enseñaros la receta por excelencia de esta época y una de las más tradicionales de nuestra gastronomía: gazpacho andaluz.
Obviamente mis raíces gaditanas tiran mucho y siempre me agrada poner recetas típicas de Andalucía y, sobre todo, cuando son recetas tradicionales que podemos degustar en cada casa. Aunque he de confesaros que siempre he tenido una lucha constante con mi madre por el gazpacho, pero es que no me gusta como lo hace y me costaba horrores tomármelo
Y es que el gazpacho es una de esas recetas que se hace de una manera distinta en cada casa, como la buena cocina tradicional. Así que yo voy a aportar mi granito de arena a la basta gastronomía popular y os voy a contar cómo lo hago.
Es una de las recetas más fáciles que he puesto hasta ahora, lo único complicado será cogerle el punto a la proporción de ingredientes para que esté al gusto de cada uno Pero ahí es vuestro paladar quien decide.
Una receta perfecta para combatir los calores del verano y mantenernos bien fresquitos.
Ingredientes (1 litro aprox):
- 1 kg de tomates maduros (cuanto más rojos mejor)
- 1 pimiento verde italiano
- 1 trozo de pepino (unos 50 g)
- Media cebolla (tamaño mediano)
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de vino
- Sal
Preparación:
Lavamos bien todas las verduras porque irán tal cual, sin pelar ni nada. Lo único que sí limpiaremos será el pimiento, yo os recomiendo que lo abráis y le quitéis todas las semillas del interior.
Para facilitar la labor, lo ideal sería tener una batidora de vaso o un robot de cocina estilo Thermomix. Yo tengo la hermana pobre de esta última, una Thermomatic que daban con el periódico pero que me saca de más de un apuro De todas formas, con una batidora normal se puede triturar todo igual de bien.
Cortamos todas las verduras en trozos grandes y las ponemos en el vaso de la batidora o del robot de cocina. Tapamos y batimos a máxima potencia hasta que esté todo bien triturado (con unos 3-4 minutos debería ser suficiente).
Echamos unas 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal. Y, ahora, tendremos que poner a prueba nuestro paladar para darle el punto justo de vinagre. Yo os recomiendo que vayáis echando cucharadas de una en una y que vayáis probando hasta que esté a vuestro gusto. A mí particularmente me gusta con poco vinagre (básicamente porque no me agrada demasiado ) y dejar el gazpacho no muy intenso.
Con esta proporción de ingredientes os quedará un gazpacho de textura más bien líquida, perfecta para beber directamente, pero, si queréis, podéis rebajarlo con un poco de agua fría.
Guardamos el gazpacho en la nevera y dejamos que se enfríe antes de tomarlo.
Podéis servirlo poniendo por encima un poquito de las mismas verduras que incorpora, muy picaditas. Yo prefiero servirlo con un crujiente de jamón serrano para darle un contraste con el toque salado del jamón. Para hacer el crujiente solo hace falta poner las lonchas de jamón serrano entre papel absorbente de cocina y meterlo un par de minutos al microondas.
Y nada más, sacamos el gazpacho del frigorífico justo cuando lo vayamos a tomar para que esté bien fresquito y refrescante.
¡Que lo disfrutéis!
Que ganas tengo que comerme un buen gazpacho andaluz este verano!