Hola de nuevo, me alegro de la buena acogida que ha tenido mi primera receta así que hoy vengo con ganas de seguir aumentando el blog De hecho, la receta de hoy está elegida a petición de una compañera que buscaba una receta bien sana para una cena que tiene este fin de semana. Pues bien, nada más sano que empezar la cena con un buen plato de hummus casero.
El hummus es un plato muy típico de la cocina árabe, que poco a poco vemos con más frecuencia en la cocina occidental. Sobre todo es muy popular en la cocina vegetariana y vegana. El hummus es un puré de garbanzos mezclado con zumo de limón y tahina (pasta de sésamo) y tradicionalmente se suele acompañar con pan de pita.
Es una receta muy sencilla de hacer ya que no requiere cocinar ningún ingrediente, así que en menos de 10 minutos tendréis un aperitivo muy rico con el que sorprender a vuestros invitados (o para disfrutarlo vosotros mismos cuando no sepáis que hacer de cenar). El único ingrediente que os puede complicar un poco la existencia es la tahina ya que es “difícil” de encontrar. Yo no he encontrado ningún supermercado que la venda así que la compro en herboristería que siempre tienen.
Ingredientes:
- Un bote de garbanzos cocidos (unos 400gr)
- 2-3 cucharadas de tahina
- El zumo de medio limón
- Un diente de ajo
- Aceite de oliva
- Sal
- Comino
- Pimentón de la Vera
Preparación:
Para que la elaboración sea mucho más rápida, yo compro un bote de garbanzos ya cocidos y así me ahorro ese trabajo pero si preferís podéis cocer vosotros mismos los garbanzos, lo dejo a vuestra elección.
Pues bien, lo primero es limpiar los garbanzos cocidos que hemos comprado para quitarles el agua gelatinosa que traen, así que los ponemos bajo el grifo con agua fría hasta que veamos que se han quedado bien limpitos. Los ponemos en un bol (reservad unos cuantos garbanzos para decorar) y pasamos la batidora hasta tenerlo todo bien triturado en una pasta.
Echamos en el mismo bol 2 o 3 cucharadas de tahina, el diente de ajo machacado, el zumo de medio limón, un chorrito de aceite de oliva y un poquito de comino. Volvemos a batir hasta que esté todo mezclado homogéneamente.
En este punto probamos el hummus y vamos rectificando dependiendo de nuestro gusto personal, le podéis poner más zumo de limón, más tahina o más ajo. En el tema de la consistencia, lo ideal es que quede un puré suave así que si veis que os ha quedado muy espeso le podéis echar un poco más de líquido (ya sea un poco más de zumo de limón, un chorrito más de aceite o un pelín de agua) para rebajar el puré y suavizarlo. Os insisto, probad pequeñas variaciones en las cantidades hasta que os quede un hummus a vuestro gusto ya que hay gente a la que le gusta más intenso, como por ejemplo a mí, y gente que lo prefiere más suave.
Toque personal (de mi amiga Mercedes): aunque no sea parte de la receta tradicional, si echáis un yogur griego al hummus conseguiréis que tenga una textura mucho más cremosa. Eso sí, ¡tened cuidado con los intolerantes a la lactosa si os decidís por este toque!
Por último, colocamos el hummus en un plato o en otro bol, donde lo vamos a servir, y hacemos un pequeño hueco en el centro. Echamos un poco de aceite de oliva en el centro, ponemos los garbanzos que habíamos reservado para decorar y, opcionalmente, ponemos un poquito de pimentón (si es de la Vera muchísimo mejor) para darle color.
Como os he comentado al principio, el hummus se suele servir con pan de pita para untarlo como un paté pero podéis servirlo con cualquier tipo de tostitas o bien mojar con picos, regañás…
Como veis una receta fácil y rápida que espero que os saque de más de un apuro cuando no tengáis mucho tiempo y os haga quedar como buenos anfitriones
Guauuuuuuuu!!! Muchas gracias por esta receta, deseo que salga deliciosa, !!!
Te contaré qué tal ha quedado.
Consternada me hayo porque me mencioneis…