Hoy os voy a enseñar como preparar labneh, un tipo de queso que se hace a partir de yogur y muy utilizado en la cocina de Oriente Medio tanto en desayunos y aperitivos como usado con los panes de pita.
Aunque hacer queso casero os suene complicado, para hacer labneh no necesitamos ningún ingrediente ni ningún proceso raro, sencillamente se consigue quitándote una gran cantidad de agua al yogur.
El único elemento “menos común” que necesitamos para elaborar esta receta será la tela donde vamos a escurrir el yogur. En mi caso tengo una tela quesera de un kit para preparar quesos caseros (que me regalaron y no había estrenado aún…) pero os vale cualquier estameña o tela estilo gasa, paño fino, pañuelo, incluso sábana. Una tela fina que permita drenar el agua sin soltar hilos.
El labneh suele verse preparado bien como untable al estilo queso crema o en bolitas algo más compactas. En esta ocasión os voy a contar como hacerlo de la segunda manera y a conservarlo en aceite de oliva virgen extra, al estilo del tradicional queso curado que todos conocemos.
Además, tengo la suerte de poder colaborar con Thuelma y qué mejor forma de darle protagonismo a su aceite de oliva virgen extra que utilizándolo como uno de los principales ingredientes de esta receta.
¿Os animáis a preparar queso casero en vuestra casa y disfrutar del labneh?
Ingredientes:
- 500 g de yogur natural sin azúcar
- ½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de ajo en polvo (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra Thuelma
- Especias al gusto
Preparación:
Vertemos el yogur en un bol, añadimos la sal y el ajo en polvo y lo mezclamos hasta que estén bien integrados.
Necesitaremos otro bol más amplio y un colador amplio también. Colocaremos el colador sobre el bol de manera que quede cierta distancia hasta el fondo (2-3 dedos), ahora explicaré el por qué.
Colocamos la tela quesera sobre el colador y vertemos la mezcla de yogur. Cerramos la tela formando un hatillo, de manera que el yogur quede algo prieto en su interior.
El yogur irá soltando el suero que se filtrará a través de la tela y el colador, quedando en el fondo del bol. Por eso os comentaba que debía de quedar a cierta distancia, para que el yogur no entre en contacto con el suero. Si veis que va a pasar esto, simplemente vaciad el bol y listo.
En ningún caso tiréis el suero que suelta el yogur, lo podéis utilizar para preparar pan, bizcochos, magdalenas… Si no lo vais a utilizar en el momento, congeladlo para conservarlo
Guardamos en la nevera durante un mínimo de 24h. Tras este tiempo podréis utilizar el labneh estilo untable (como si fuese queso crema) o para un picoteo estilo hummus acompañado de pan pita. En este caso, como mi intención es formar bolitas de labneh, habrá que dejarlo en la nevera unas 36h.
Pasado ese tiempo, abrimos el hatillo y simplemente cogemos porciones de queso dándoles forma des bolitas (con las manos directamente o con la ayuda de unas cucharillas). Si queréis, podéis rebozar las bolitas de labneh como más os guste: semillas de sésamo, hierbas provenzales, escamas de chili…
Para conservar el labneh y que nos dure más tiempo, vamos a conservarlo en aceite de oliva virgen extra. Para ello, solo necesitaremos un (o varios) recipiente hermético.
Llenamos de aceite de oliva virgen extra hasta la mitad del recipiente y vamos colocando las bolitas de labneh. Terminamos de llenar el recipiente hasta cubrir. Podéis aderezar el aceite para darle cierto sabor, simplemente añadiendo algunos extras al recipiente: romero, tomillo, laurel, cayena, ajo, etc.
En mi caso, tuve que utilizar 2 botes. En uno puse una ramita de romero y un poco de albahaca seca. En el otro usé tomates secos y escamas de chili.
Guardamos en la nevara y dejamos 2-3 días para que el labneh adquiera algo del sabor de la maceración (no es necesario, podéis comerlo el primer día).
¡Que lo disfrutéis!
Si os animáis a probar la receta de este labneh, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Facebook | Instagram | Twitter).