Y aquí llega la última receta del año, que también será la última receta navideña. Como no podría ser de otra manera, acabamos con el tradicional roscón de Reyes que pone punto final a estas fiestas.
¿Hay algo más tradicional que levantarse toda la familia a abrir los regalos que nos han traído los Reyes y desayunar después un buen roscón de Reyes? Pues bien, yo soy la excepción que confirma la regla jajaja. Mientras que toda mi familia desayuna roscón, yo ese día sigo fiel a mi mollete con aceite, tomate y jamón Y es que, para mí que soy poco goloso, los roscones comerciales son demasiado dulces y prefiero mi desayuno salado. Eso sí, este roscón de Reyes casero sí que lo he disfrutado mucho más. Es la primera vez que lo preparo y os puedo decir que la diferencia con los comerciales es abismal, no hay punto de comparación.
El año pasado de pronto vi que todo el mundo hacía su propio roscón de Reyes y las redes sociales se inundaban de ellos. Me pilló ya tarde para preparar el mío, pero me prometí que de este año no pasaba
Y como cada vez que me animo a hacer alguna receta de pan (o masa levada en este caso), acabo consultando las recetas del gurú del pan casero, Ibán Yarza. Así que, siguiendo la receta del roscón de Reyes de su libro Pan Casero, ha salido esta maravilla. Para que veáis que, aunque tiene cierta complicación, es una receta que sale a la primera
¿Os animáis a preparar vuestro propio roscón de Reyes?
Ingredientes:
Madre de levadura
- 90 g de harina de fuerza
- 50 g de leche
- 2 g de levadura fresca
Masa
- 142 g de madre de levadura
- 340 g de harina de fuerza
- 120 g de leche
- 2 huevos
- 80 g de azúcar
- 15 g de levadura fresca
- 5 g de sal
- 60 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 3 cucharadas de brandy
- 2 cucharadas de agua de azahar
- Corteza de media naranja y medio limón
- Canela en rama
Preparación:
El día anterior empezaremos preparando la madre de levadura, que no deja de ser un prefermento que nos ayudará a que nuestro roscón de Reyes tenga más sabor y dure más tiempo sin ponerse duro. Para prepararla simplemente tenemos que disolver la levadura fresca en la leche, añadir la harina y amasar hasta obtener una masa homogénea. Guardamos la madre de levadura en un recipiente hermético y la dejamos en la nevera hasta el día siguiente
Si queréis un roscón de Reyes muy aromático, podéis preparar la infusión de leche el día anterior también y dejarla reposar toda la noche porque cuanto más tiempo la tengamos infusionando, más sabor y aromas tomará. De todas formas, siempre la podéis preparar en el momento de hacer la masa del roscón de Reyes. Para prepararla solo tenéis poner la leche junto con la rama de canela y las cortezas de los cítricos a hervir durante 5 minutos. Retiramos del fuego y dejamos reposar (hasta que se enfríe o bien toda la noche).
Al día siguiente, unos 30 minutos antes de preparar la masa, sacamos la madre de levadura de la nevera para que se atempere. Por otro lado, retiraremos la canela y las cortezas de la infusión de leche y añadiremos el brandy y el agua de azahar hasta tener un total de 120 g (si falta, podéis completar con agua).
En un bol amplio, ponemos todos los ingredientes excepto la mantequilla, mezclamos hasta que esté todo integrado y dejamos reposar 10 minutos. No añadáis todo el líquido de primeras, reservad un poco para poder rectificar. Tras mezclar los ingredientes tenemos que obtener una masa ligeramente pegajosa y, dependiendo de la harina que utilicemos, necesitaremos más o menos del líquido que hemos reservado (cada harina tiene un poder de absorción distinto).
Tras el reposo de 10 minutos, volcamos la masa sobre la encimera y amasamos durante unos 5 minutos, hasta obtener una masa lisa. En ese momento, añadimos la mantequilla en dados y volvemos a amasar hasta que esté totalmente integrada en la masa. No os asustéis en este punto, cuando incorporéis la mantequilla la masa se volverá bastante inmanejable (parece que se deshace) pero seguid amasando porque pasados unos minutos la masa vuelve a estar manejable tras absorber la mantequilla. Amasamos uno 8-10 minutos hasta obtener una masa muy lisa y brillante.
Si tenéis amasadora/panificadora podéis ahorraros el trabajo manual de amasado Simplemente tendréis que dar 2 tandas de amasados de unos 10 minutos: primero sin mantequilla y el segundo tras añadirla.
Dejamos fermentar la masa en un bol ligeramente enaceitado, tapada con un paño de algodón, hasta que doble su volumen (dependiendo de la temperatura de la habitación, unas 2 horas). Pasado ese tiempo, la volcamos sobre la encimera y la desgasamos apretando la masa contra la encimera (notaremos que se escapa el gas). Boleamos la masa y dejamos que repose 15 minutos antes de formar el roscón de Reyes.
Nos untamos las manos ligeramente en aceite o con harina para evitar que se nos pegue la masa a las manos y vamos a dar forma Hundimos un par de dedos en el centro de la masa hasta tocar la encimera y poco a poco vamos haciendo el agujero más grande. Cuando podamos meter las dos manos por el agujero, levantamos la masa y vamos girándola somo si estuviéramos tirando de una cuerda. Por el propio peso de la masa, se irá estirando. Cuando tengamos la forma deseada, colocamos el roscón de Reyes sobre papel de horno (si os cuesta mucho dar la forma, podéis dejarlo reposar 5 minutos y volver a estirarlo, la masa estará relajada y será más fácil). Pintamos muy bien la masa con huevo batido y dejamos que doble su volumen, durante una hora u hora y media.
Tras la segunda fermentación, volvemos a pintar muy bien con huevo y decoramos al gusto (en mi caso almendras laminadas y azúcar mojada en agua de azahar). Metemos al horno precalentado a 190ºC durante unos 25-30 minutos. Como siempre, cada horno es un mundo, vigilad que no se os queme.
Una vez horneado, dejamos el roscón de Reyes unos 10 minutos sobre la bandeja y luego lo pasamos a una rejilla para que se enfríe completamente (que será cuando se podrá rellenar, si así lo queréis).
¡Que lo disfrutéis!
Si os animáis a probar la receta de este roscón de Reyes, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Facebook | Instagram | Twitter).
Aviso para principiantesHacer pan casero no es una ciencia exacta, hay muchos factores externos que no podemos controlar y que influyen en el resultado final, como pueden ser el tipo de harina utilizada, la temperatura de la habitación (o del frigorífico) donde dejéis la masa, la temperatura del horno, etc. Por eso mismo, aunque hagáis la receta siempre igual, nunca obtendréis el mismo resultado, habrá diferencias en vuestro pan.
En lo que a mí respecta, intento detallaros el proceso lo mejor posible tanto con fotos como por escrito. Aun así, seguir al pie de la letra la receta no implica que obtengáis un pan exactamente igual al de las fotos, por la acción de esos factores externos que os he comentado.
Saber trabajar con esos factores (echar más agua si la masa no tiene la textura necesaria, acortar/alargar el tiempo de levado, etc.) es algo que se aprende con la práctica así que no os desaniméis si a la primera no os queda un pan de libro, volvedlo a intentar y veréis como poco a poco, con la misma receta, conseguís mejores resultado ¡Ánimo panarras!