Bollycaos caseros

Hoy he vuelto a lo sabores de mi infancia cuando he probado estos bollycaos caseros, recordando aquellas meriendas cuando era niño

Porque sí, en los 90 los niños vivíamos rodeados de bollería industrial, no se tenía tan en cuenta las opciones saludables como ahora. Aunque yo he de deciros que siempre prefería llevarme un bocata para el recreo que algo de bollería.

Pero, ¿a qué niño no le hacía ilusión merendar un bollycao y encima descubrir que “regalo” traía dentro? Esas pegatinas y calcomanías marcaron una época :) 

Hacía muuuucho que quería preparar unos bollycaos caseros y la verdad es que el resultado no me ha defraudado, ¡están buenísimos! Además, con una receta directa, sin complicaciones en la masa, para que todos podáis hacerla.

¿Os animáis a volver a los 90 con estos bollycaos?

Ingredientes (8 bollycaos):

  • 500 g de harina de fuerza
  • 200 ml de leche
  • 100 ml de agua
  • 50 g de mantequilla
  • 30 g de azúcar
  • 10 g de sal
  • 10 g de levadura fresca (3-4 g de levadura seca de panadero)
  • Relleno: 200 g de crema de avellana y chocolate (nutella casera)

Preparación:

Lo primero es indicaros que yo he utilizado la amasadora por comodidad a la hora de preparar la masa de estos bollycaos caseros, pero se puede hacer perfectamente sin necesidad de ningún electrodoméstico. Lo único que tenéis que tener en cuenta, en caso de hacerlo a mano, es no desesperar para integrar la mantequilla, que es lo más tostón.

Pues bien, ponemos la harina en un bol amplio (en mi caso, en el bol de la amasadora) y añadimos la leche, el agua y la levadura fresca disuelta en alguno de los dos líquidos. Agregamos también el azúcar.

Amasamos por tandas con reposos hasta que esté todo integrado y tengamos una masa lisa (con el gluten desarrollado).

En ese momento, añadimos la sal y la mantequilla fría en dados. Esta última id agregándola poco a poco, amasando tras añadir un poco y no volver a añadir hasta que esté totalmente integrada en la masa. Seguimos amasando hasta que la masa vuelva a estar lisa (podéis comprobar que pasa la prueba de la membrana).

Como os digo, si amasáis a mano, al añadir la mantequilla veréis que la masa se vuelve un poco inmanejable (parece que se deshiciera), pero tranquilidad que es normal y amasando volverá a estar perfecta :)

Una vez tengamos lista nuestra masa de bollycaos, la dejamos tapada y esperamos a que fermente durante unas 2h.

Pasado ese tiempo, volcamos la masa sobre la encimera y la amasamos ligeramente para desgasificarla. Dividimos en 8 porciones y las boleamos.

Estiramos cada porción de masa con ayuda de un rodillo, formando un rectángulo. Ponemos crema de avellana y chocolate en uno de los extremos (dejando un dedo de distancia hasta el borde). Enrollamos la masa, pellizcando al final las puntas y el “cierre/costura”. Hacemos rodar sobre la encimera haciendo ligera presión para sellar el cierre. Ponemos sobre papel de hornear con el cierre hacia abajo y dejamos levar durante 1 hora (hasta que estén bien hinchados).

Pintamos con huevo batido y metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 15-20 minutos. Id revisando que no se doren en exceso.

Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla antes de maravillarnos con estos bollycaos caseros… si es que podéis esperar.

¡Qué los disfrutéis!

Fuente de la receta: Anna Recetas Fáciles

Aviso para principiantes

Hacer pan casero y masas no es una ciencia exacta, hay muchos factores externos que no podemos controlar y que influyen en el resultado final, como pueden ser el tipo de harina utilizada, la temperatura de la habitación (o del frigorífico) donde dejéis la masa, la temperatura del horno, etc. Por eso mismo, aunque hagáis la receta siempre igual, nunca obtendréis el mismo resultado, habrá diferencias en vuestro pan.

En lo que a mí respecta, intento detallaros el proceso lo mejor posible tanto con fotos como por escrito. Aun así, seguir al pie de la letra la receta no implica que obtengáis un pan exactamente igual al de las fotos, por la acción de esos factores externos que os he comentado.

Saber trabajar con esos factores (echar más agua si la masa no tiene la textura necesaria, acortar/alargar el tiempo de levado, etc.) es algo que se aprende con la práctica así que no os desaniméis si a la primera no os queda un pan de libro, volvedlo a intentar y veréis como poco a poco, con la misma receta, conseguís mejores resultado :) ¡Ánimo panarras!

 

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