Focaccia de gochujang

Hoy os traigo una receta italiana con aires surcoreanos que, si os gusta el picante, os va a sorprender: focaccia de gochujang.

¡Hace muchísimo tiempo que no publicaba una receta de focaccia! Pero me voy a desquitar a base de bien con la receta de hoy porque esta focaccia de gochujang es un auténtico vicio, os lo prometo. Ya la he hecho un par de veces y me encanta el toque picante que se le queda a la masa.

Como soy un desastre y últimamente he tenido un ritmo más bajo de publicaciones, aún no os he podido traer alguna receta 100% coreana de las que probé en Corea del Sur durante mi último viaje de verano. Así que, mientras me pongo las pilas en ese aspecto, os dejo esta receta de gochujang que, al menos, tiene el sabor de allí.

¿Os animáis a prepararla?

Ingredientes (molde 30x20cm aprox.):

  • 500 g de harina (media fuerza)
  • 360 ml agua
  • 45 ml de aceite (en mi caso, picante con chile)
  • 75 g de gochujang
  • 7 g de azúcar
  • 7 g de sal
  • 3 g de levadura fresca

Preparación:

Empezamos diluyendo la levadura fresca en el agua junto con el azúcar.

Por otro lado, en un bol amplio, añadimos la harina y hacemos un hueco en medio, donde verteremos la mezcla anterior, el gochujang y la sal (reservamos el aceite para más adelante). Con ayuda de una rasqueta, un tenedor, un cubierto de madera o directamente con las manos, mezclamos hasta que todos los ingredientes estén integrados y obtengamos una masa homogénea. Cubrimos y dejamos reposar 10-15 minutos.

Pasado ese tiempo, amasamos ligeramente como os sea más cómodo. El amasado francés le viene de lujo a esta masa tan hidratada, pero podéis amasar sencillamente estirando y plegando hacia el centro. Hacemos un amasado corto, de un minuto aproximadamente y volvemos a reposar 10-15 minutos. Repetimos hasta que el gluten se haya desarrollado y la masa pase la prueba de la membrana.

En este punto, incorporamos el aceite y repetimos la operación de amasado corto con reposo. De esta manera, nos ayudaremos de los reposos para amasar sin que tengamos que trabajar mucho nosotros

Cuando obtengamos una bien lisa y brillante, la pasamos a un recipiente hermético ligeramente aceitado y dejamos reposar de nuevo.

A los 30-45 minutos, vamos a hacer otro tipo de pliegues. En este caso, bastará con levantar la masa cogiéndola más o menos del centro y dejar que un lado se pliege hacia abajo y hacia el centro de la masa (imaginad que estáis remetiendo la sábana bajera por debajo del colchón). Repetimos este plegado 4 por los “cuatro lados” de la masa (arriba, abajo, izquierda y derecha). Dejamos reposar la masa y volvemos a repetir este plegado en 2 ocasiones más cada 45’.

Tras todos estos plegados, la masa habrá empezado a fermentar y aumentar su volumen. Este es el momento perfecto para meterla en la nevera y que repose un mínimo de 12 horas.

Al día siguiente, sacamos la masa de la nevera y dejamos que se atempere unos 30’. 

Colocamos papel de horno en el molde que vayamos a usar para hornear nuestra focaccia de gochujang y lo pintamos con aceite. Vertemos la masa en el molde y, presionando con los dedos hacia el fondo, vamos estirando la masa poco a poco hasta que ocupe todo el espacio. Si veis que no se estira bien, hacedlo por partes, es decir, estirad un poco y dejad reposar 5’ antes de volver a estirar. Haciendo presión con los dedos conseguiremos que la masa se hinche de manera irregular y nos queden esas vistosas grandes burbujas típicas de las focaccias.

Una vez estirada, dejamos reposar otros 30’ o, incluso, 1h. Aprovechamos mientras para precalentar el horno a 220ºC.

Metemos la focaccia de gochujang en el horno precalentado y horneamos durante unos 25-30 minutos. Como siempre, el tiempo dependerá de cada horno, vigilad que no se os queme. 

Sacamos del horno y dejamos reposar 10’ antes de desmoldar y dejar enfriar completamente nuestra focaccia de gochujang sobre una rejilla.

¡Que la disfrutéis!

Si os animáis a probar la receta de esta focaccia de gochujang, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Instagram | Facebook |  Twitter).

Aviso para principiantes

Hacer pan casero no es una ciencia exacta, hay muchos factores externos que no podemos controlar y que influyen en el resultado final, como pueden ser el tipo de harina utilizada, la temperatura de la habitación (o del frigorífico) donde dejéis la masa, la temperatura del horno, etc. Por eso mismo, aunque hagáis la receta siempre igual, nunca obtendréis el mismo resultado, habrá diferencias en vuestro pan.

En lo que a mí respecta, intento detallaros el proceso lo mejor posible tanto con fotos como por escrito. Aun así, seguir al pie de la letra la receta no implica que obtengáis un pan exactamente igual al de las fotos, por la acción de esos factores externos que os he comentado.

Saber trabajar con esos factores (echar más agua si la masa no tiene la textura necesaria, acortar/alargar el tiempo de levado, etc.) es algo que se aprende con la práctica así que no os desaniméis si a la primera no os queda un pan de libro, volvedlo a intentar y veréis como poco a poco, con la misma receta, conseguís mejores resultado :) ¡Ánimo panarras!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>