Focaccia de gorgonzola, nueces y miel

Hace meses que no os ponía una receta de pan por el parón veraniego de #ElPanPerfecto, así que hoy os traigo una focaccia de gorgonzola, nueces y miel para que no os olvidéis del pan casero.

Pensando en qué receta podía preparar con queso gorgonzola, roquefort, azul y derivados, pregunté por Instagram para que me dierais ideas. Pues bien, esta focaccia de gorgonzola, nueces y miel salió de una de esas ideas, tal como la leí supe que tenía que hacerla.

En el blog tenéis la receta de una focaccia tradicional, pero me apetecía poneros esta versión. Además, lleva más porcentaje de hidratación, por lo que sale una masa con más aire y, bueno, debido a los ingredientes cambia también el horneado.

Ingredientes:

  • 450 g de harina de fuera
  • 350 ml de agua muy fría
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 3 g de levadura seca de panadero
  • 9 g de sal
  • Queso gorgonzola
  • Nueces
  • Miel

Preparación:

En un bol amplio ponemos todos los ingredientes y los mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Como es una masa con alto porcentaje de hidratación (88%) se pega fácilmente a las manos por lo que es más cómodo mezclar los ingredientes con ayuda de alguna herramienta (una rasqueta de panadero, cubierto de madera, etc.).

Para que sea más fácil preparar esta focaccia de gorgonzola, nueces y miel, no vamos a amasar. En este tipo de masas con mucha hidratación, lo más fácil es usar el reposo como amasado :) Para ello, simplemente realizaremos 4 pliegues a la masa (arriba, abajo, izquierda y derecha) y la dejaremos reposar durante unos 30 minutos. Repetiremos el proceso de plegado 4 veces, es decir, tardaremos un total de hora y media.

Si no estáis muy familiarizados con los pliegues, os recomiendo que leáis la receta del pan sin amasado porque allí lo explico mejor y hay fotografías del proceso.

Una vez lista la masa, untamos un bol con un poco de aceite, ponemos la masa en el bol y la metemos tapada en la nevera para hacer una fermentación en frío durante 24h.

Al día siguiente volcamos la masa sobre una bandeja/fuente, que habremos untado generosamente con aceite, donde dejaremos que la masa haga una segunda fermentación a temperatura ambiente. Dependiendo de la temperatura del lugar, tardará entre 2 horas o 2 horas y media en leudar. Durante este proceso, realizaremos 3 o 4 veces los 4 pliegues que os he comentado antes, para crear tensión en la masa y favorecer que aparezcan burbujas que le darán esponjosidad a nuestra focaccia.

Pasado este tiempo, volcamos la masa en la bandeja del horno, sobre papel vegetal ligeramente untando en aceite. Solo necesitaréis dar la vuelta a donde tenemos la masa y caerá sobre la bandeja por su propio peso. Presionando con los dedos, iremos estirando la masa hasta que ocupe casi toda la bandeja del horno. No es necesario estirarla de una sola vez, es mejor hacerlo en 2/3 tandas, dejando reposar 10 minutos la masa, así conseguiremos estirarla bien sin romper las burbujas de aire que se hayan formado.

Ponemos por encima de la focaccia el queso gorgonzola, las nueces y vertemos un poco de miel. Metemos al horno precalentado a 200ºC durante unos 15-20 minutos. Como siempre, el tiempo puede variar dependiendo del horno así que será mejor controlarla para que no se queme (lo digo por experiencia…).

Sacamos del horno, la dejamos enfriar completamente sobre una rejilla y ya estará lista nuestra focaccia de gorgonzola, nueces y miel.

¡Que la disfrutéis!

Si os animáis a probar la receta de esta focaccia de gorgonzola, nueces y miel, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Facebook | Instagram | Twitter).

 

Aviso para principiantes

Hacer pan casero no es una ciencia exacta, hay muchos factores externos que no podemos controlar y que influyen en el resultado final, como pueden ser el tipo de harina utilizada, la temperatura de la habitación (o del frigorífico) donde dejéis la masa, la temperatura del horno, etc. Por eso mismo, aunque hagáis la receta siempre igual, nunca obtendréis el mismo resultado, habrá diferencias en vuestro pan.

En lo que a mí respecta, intento detallaros el proceso lo mejor posible tanto con fotos como por escrito. Aun así, seguir al pie de la letra la receta no implica que obtengáis un pan exactamente igual al de las fotos, por la acción de esos factores externos que os he comentado.

Saber trabajar con esos factores (echar más agua si la masa no tiene la textura necesaria, acortar/alargar el tiempo de levado, etc.) es algo que se aprende con la práctica así que no os desaniméis si a la primera no os queda un pan de libro, volvedlo a intentar y veréis como poco a poco, con la misma receta, conseguís mejores resultado :) ¡Ánimo panarras!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>