Hoy traemos una receta menos light que la semana pasada, pero su sabor nos vuelve locos, así que teníamos que ponerla: pechugas de pollo rellenas de sobrasada, espinacas y queso.
Hasta hace un par de veranos, cuando estuve de vacaciones en Menorca, no había probado la verdadera sobrasada “mallorquina”. Acostumbrado a verla envasada en forma de “paté para untar”, me chocó mucho su forma tradicional más bien parecida a un chorizo o un morcón (tiene su lógica ya que el proceso de fabricación es muy parecido) que se puede cortar perfectamente a rodajas. Sinceramente, me encantó, nada comparable con los envasados de untar de los supermercados.
Y este año, conociendo mi afición a la cocina, un compañero de trabajo me ha traído de sus vacaciones en Mallorca una sobrasada hecha de forma casera por su familia. Así que no podía dejar pasar la oportunidad de preparar una sabrosa receta con un ingrediente tan tradicional.
Preparad vuestras papilas gustativas porque esta es una receta para rebañar bien el plato.
Ingredientes (para 3-4 personas):
- 2 pechugas de pollo
- 120 g de sobrasada mallorquina
- 120 g de queso rallado (la variedad que más os guste)
- 120 g de espinacas
- Un puñado de piñones
- 2 dientes de ajo
- 50 ml de vino blanco
- 300 ml de agua
- 50 ml de nata para cocinar
Preparación:
Pelamos y picamos muy finitos los dientes de ajo y los ponemos a dorar en la sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, junto con los piñones. Cuando estos últimos empecen a tostarse, incorporaremos las espinacas troceadas y saltearemos durante unos minutos. A mí me gusta utilizar espinacas frescas, pero podéis usar espinacas congeladas troceadas perfectamente.
Retiramos del fuego, escurrimos bien las espinacas para que suelten el agua que puedan tener aún (agua que conservaremos para incorporar a la salsa posteriormente) y dejamos templar.
Necesitaremos las pechugas abiertas en libro, obteniendo así un solo filete de poco grosor de cada pechuga. Lo más fácil es pedirle al carnicero que os lo haga cuando las compréis, pero si sois habilidosos con el cuchillo, lo tenéis muy fácil.
Extendemos un buen trozo de film transparente sobre la encimera por cada pechuga y colocamos éstas encima. Salpimentamos las pechugas y repartimos los ingredientes formando capas sobre la pechuga de la siguiente manera (por cada pechuga): 40 g de queso rallado (un tercio), 40 g de sobrasada (un tercio) y 60 g de espinacas (la mitad).
Ayudándonos del film, enrollaremos la pechuga y formamos un rollo bien prieto. Para “cerrar” los rollos, yo suelo coger el film sobrante por las puntas y le doy vueltas y más vueltas hasta que se queda todo el sobrante enrollado sobre sí mismo y no se desenrolla solo. Esta manera de cerrarlo no es la mejor porque a veces se desenrolla durante la cocción y puede salirse parte del relleno. Lo ideal es cerrar las puntas haciendo un nudo con una cuerda o con los típicos alambres del pan de molde.
Ponemos una olla con abundante agua a fuego fuerte y, cuando rompa a hervir, echamos los rollos de pollo y los dejamos cocer durante unos 15 minutos aproximadamente. Aquí una advertencia importante, tened cuidado que los rollos no se peguen al fondo (se hunden si pesan mucho) porque puede darse el caso de que el film se derrita con el calor y se quede pegado al fondo de la olla…lo digo por experiencia propia… Una vez cocidos, los sacamos, los escurrimos y dejamos que se atemperen un poco.
Mientras se enfrían las pechugas, vamos a preparar la salsa con la que los acompañaremos. Ponemos la sobrasada que nos queda (un tercio, 40g) junto con el agua que habían soltado las espinacas y salteamos un poco para que se desmenuce la sobrasada. Incorporamos el vino blanco y dejamos que hierva unos minutos. Añadimos el agua y dejamos cocer durante unos 5 minutos.
A continuación, incorporamos a la sartén la nata y el queso. Os recomiendo que vayáis echando el queso poco a poco hasta que obtengáis una textura que os guste porque dependiendo del queso utilizado las cantidades podrán variar un poco para obtener una textura cremosa.
Y para terminar nuestra salsa, lo mejor será que la pasemos por la batidora para que se mezclen bien todos los ingredientes ya que seguramente observéis que la grasa que ha soltado la sobrasada no está bien ligada.
Una vez todo listo, cortamos los rollos de pechuga en rodajas de un grosor medio y la acompañamos con la salsa que acabamos de preparar.
A disfrutar de estas pechugas de pollo rellenas de sobrasada, espinacas y queso que están para no dejar ni rastro de las mismas ni de la salsa
Guillermo cada dia te supera con esas recetas que pones esta ultima me gusta mucho sobre todo a mi que me gusta tanto la cocina, pues estoy aprendiendo cosas nuevas de ti asi que te felicito