Este año estoy poco navideño con las recetas, pero no quería dejar pasar la oportunidad de traeros uno de los dulces más típicos: los roscos de vino.
Hace ya unos años que os enseñaba a preparar unas hojaldrinas caseras que estaban increíblemente más buenas comerciales. Desde ese año me dije que tenía que hacer roscos de vino y, aunque he tardado un poco, por fin me he animado con ellos. Pienso lo mismo, están mejor que los comerciales.
Os lo decía en aquella receta y os lo vuelvo a contar: las hojaldrinas y los roscos de vinos son muy única perdición navideña, sobre todo si los acompaño con una palomita (vaso de anís con hielo, de señor total). Ya sabréis que yo con el dulce, lo justo. De hecho, en mi casa todo el mundo desayuna Roscón de Reyes el 6 de enero mientras yo me zampo mi mollete con jamón jajaja
Para hacer estos roscos de vino he utilizado un moscatel de Chipiona que tenía por casa, pero podéis usar cualquier vino dulce al estilo Pedro Ximénez.
¿Os animáis con unos roscos de vino caseros?
Ingredientes:
- 375 g de harina de trigo
- 25 g de almendra molida (o harina de almendra) *
- 100 g de azúcar
- 150 g de manteca de cerdo
- 100 ml de vino dulce
- 2,5 cucharaditas de canela
- 2,5 cucharaditas de sésamo tostado
- 1,5 cucharaditas de matalahúva (anís verde)
- 2 clavos de olor
- Azúcar glass para rebozar
* Podéis añadir hasta 100 g de almendra molida, sustituyendo la harina de trigo en la misma proporción.
Preparación:
Empezaremos tostando ligeramente matalahúva para que desprenda más aroma, aunque es un paso totalmente opcional. Para ello, ponemos la manteca en un sartén a fuego medio y, cuando se derrita y coja temperatura, añadimos el anís. Lo tostamos unos segundos, no queremos que se queme. Es preferible que, cuando la manteca esté caliente, retiréis del fuego al añadir la matalahúva. Dejamos que se enfríe.
Otra cuestión antes de preparar la masa de los roscos de vinos. Si usáis clavos enteros como es mi caso, para poder triturarlos lo mejor posible os aconsejo hacer lo siguiente: los ponéis en un mortero con un poco de azúcar y lo moléis. Gracias a los granos de azúcar conseguiremos que se trituren mejor.
En un bol amplio colocamos la harina y añadimos el resto de los ingredientes secos (azúcar, especias y sésamo), removiendo para mezclarlos bien. Agregamos el vino y la manteca derretida junto con la matalahúva. Con ayuda de una rasqueta (o cualquier elemento parecido) empezamos a mezclar e integrar los ingredientes de la masa de los roscos de vinos. Llegará un momento que será mejor continuar con las manos hasta que tengamos una masa completamente homogénea.
Con ayuda de papel de horno, estiramos la masa hasta que tenga el grosor que os guste. En mi caso, hubiera dejado los roscos más gorditos porque quedaron muy finos para mi gusto. Tened en cuenta que la masa apenas sube en el horno, por no decir nada.
Damos forma a los roscos con lo que tengáis a mano: un cortador, un vaso, etc. Y para hacer el agujero central, un descorazonador de manzanas viene perfecto
Colocamos los roscos sobre papel de horno en la bandeja y metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 10-12 minutos. Como siempre, el tiempo variará en función de cada horno, revisad que se empiecen a dorar sin pasarse. Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Cuando se hayan enfriado lo justo para que no os queméis ni que se deshagan, emborrizamos una primera vez en azúcar glass y dejamos enfriar completamente sobre la rejilla. Opcionalmente, cuando estén fríos, podéis emborrizar una segunda vez o, directamente, espolvorear un poco de azúcar glass por encima.
¡Que los disfrutéis!
Si os animáis a probar la receta de estos roscos de vino, no dudéis en compartir vuestra versión etiquetándome en las redes sociales (Facebook | Instagram | Twitter).
Fuente de la receta: Javi Recetas